La certeza de que factores como edad, estatus social y especialización profesional nos instalan en categorías más o menos desechables, nos vuelve hombres competitivos, cortoplacistas y unidireccionales. Un hombre tipo al que no se le permite el libre albedrío ni la imaginación, y que por ello deviene frustración, soledad, hastío. El pánico a estar fuera de un sistema nos transforma hasta el extremo de parecer ridículos; otros dentro de nosotros mismos.
En la obra Los Nadies, indagamos esos fenómenos sociales. Cada personaje plantea su vida como una sobrevivencia. El movimiento se vuelve animalesco y salvaje. Los estados emocionales se desbordan en una extraña búsqueda de la propia, de la interna, humanidad.
En la obra Los Nadies, indagamos esos fenómenos sociales. Cada personaje plantea su vida como una sobrevivencia. El movimiento se vuelve animalesco y salvaje. Los estados emocionales se desbordan en una extraña búsqueda de la propia, de la interna, humanidad.
Carolina Contreras
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